Mar del Olmo

Un post sobre mí: ¿soy escritora?

ser escritora

Perdona que te diga que hoy he venido a hablar sobre mí. 

No sé si serás millenial y no viste en vivo y en directo aquel famoso momento televisivo en el que una jovencísima Mercedes Milá entrevistaba a Paco Umbral sobre temas banales. Hasta que al autor se le hincharon las narices, se le agrió un poco más el carácter y soltó su mítica frase: 

"Yo he venido aquí a hablar de mi libro, y no de lo que opine el personal".

Te recomiendo que veas el vídeo para hacerte una idea más certera o refrescar tu memoria. Depende de tu edad debes elegir A o B.

Creo que no falto a la verdad si digo que mi sonrisa es más amplia que la suya, y sin embargo, hoy como él, yo he venido a hablar de mi libro.

La buena noticia, solo para mí, es que si nadie me lee no me voy a levantar y me voy a ir. ¡Ah! y que yo sí que estoy aquí para saber qué opina el personal. 

Necesitaba contar esta parte de mi historia a pecho descubierto. Tal vez no os interese lo más mínimo, pero esta pantalla en blanco me permite muchas libertades. Espero no pecar de egocéntrica.

Memorias de África, la joya literaria escrita por Isak Dinesen y que tan magistralmente interpretó Meryl Streep en la gran pantalla, empezaba con una maravillosa frase:

Yo tenía una granja en África.

Mi historia comienza con un "Yo tenía un trabajo en publicidad..." pero esta no tiene adaptación cinematográfica.

Y no era feliz. Lo dejé todo para perseguir un sueño. Un sueño que corre mucho más rápido que yo, y que me está costando alcanzar. Eso sí, no dudo de que lo haré. Aún recuerdo la fábula de la Liebre y la Tortuga. Me pesa el culo pero si hay que poner una zancadilla por un ideal, se pone. 

Hace ya un año de mi adiós a mi empresa y he trabajado y trabajo duro para intentar llegar donde me propuse. Además de formarme con quienes considero los mejores. Os los presento:

A mi derecha, con acento canario y un buen catálogo de libros en su haber: Ana González Duque, alias Maestro Jedi.

A mi izquierda, con acento catalán y un portfolio de autores de éxito: Roger Domingo.

Gracias a sus sabios consejos, a principios de año firmé un contrato con una editorial. Una en la que no tenía que pagar nada. Increíble. Y lo mejor de todo es que hubo una segunda que estaba interesada en mi libro también. Como una subasta en Sotheby's, pensaba incauta de mí. 

Siguiendo los sabios consejos de mis "mentores" y aplicando sus enseñanzas, había dado el primer paso que me sacaba de aquel lugar en el que no quería estar.

Pero entonces llegó el bicho. El virus. El enemigo de nuestros mayores. Y nos trastocó los planes a todos. 

Y me surge una pregunta que me atasca la garganta: ¿y ahora qué?

Tengo editorial pero no tengo libro. ¿Quién va a querer comprar el libro de una desconocida en época de coronavirus?

¿Qué significa ser escritora?

Los pobres libreros echaron el cierre y lo están pasando francamente mal. Como otros tantos negocios. Así que aquí me hallo, parafraseando el refrán, compuesta y sin libro. Te lo aclaro porque en mi biografía dice que soy escritora. Que por aclarar el calificativo, escritora es quien escribe, y yo lo hago. A diario, por recomendación del Maestro Jedi. Y por necesidad, no te vayas a creer.

Pues déjame que te dé unas cuantas razones para que cuando salga en septiembre vayas corriendo a buscarlo: 

  • La primera es la más obvia. Necesitamos poner un toque de humor en nuestras vidas y puedo garantizarte que con mi libro te vas a reír. 
  • La segunda podría ser la protagonista de la novela. ¿Has visto alguna vez una obra cuya actriz principal supere los 40, le sobren los kilos, tenga inoportunos sudores y no cambie sus defectos ni al final?

¡Que no todo en la vida es perfecto como en Instagram!

Como verás, estoy calentando el terreno para que cuando llegue mi día de gloria no me abandones. O si lo haces, que sea en una gasolinera que tiene baño y tienda de comestibles. Soy incorregible.

La fecha señalada en rosa chicle en el calendario es septiembre. Mientras, yo sigo soñando con la portada (que ya me han diseñado y es la bomba), con las correcciones que sigo haciendo (que lo de escribir no es un camino de rosas y hadas), maquinando una posible presentación y pensando en el marketing que voy a necesitar para vender dignamente. 

Un escritor vende sus libros

Sí, esto también va de vender. Lo del amor al arte, también. 

Llegada a este punto, solo me queda agradecerte que me hayas leído. De verdad que me quemaba esta confesión en la punta de los dedos. Ahora ya sabes lo mismo que yo. Quién hay detrás de ese "Sobre mí" que afirma que soy escritora. Por fin tienes algo de claridad sobre mi primer libro.

Una vez que haya parido este, te hablaré del segundo, que también está acostado y tapado con la manta hasta las orejas. 

Leeré encantada lo que tengas que comentarme.