Si eres amante de la lectura, supongo que en más de una ocasión te habrás llevado las manos a la cabeza al ver, horrorizad@, esa película basada en un libro que tanto habías disfrutado.
Diste por hecho que de un buen texto debería salir un buen largometraje.
Pero te equivocaste, ¿no es cierto?
Lamentablemente, no es sencillo. Y no lo digo porque yo sea una experta cineasta, guionista y productora. Sino por la observación basada en hechos.
Tengo una teoría: cuando uno lee, deja volar su imaginación. Atribuye rasgos físicos a sus personajes, recrea las ambientaciones, pone voces y olor a protagonistas y secundarios de la historia.
La pantalla deja poco margen para la imaginación. Simplemente tomas asiento y dejas que tu cerebro sienta los impactos que le envían ojos y oídos.
Si eres del grupo de los que prefiere que se lo den todo mascado, al menos tienes la oportunidad de conocer grandes historias escritas aunque sea en modo audiovisual.
Entre ellos estarían mis dos aborrescentes. No puedo entender cómo, habiendo crecido en una familia de grandes lectores, apenas han olfateado las páginas de un buen libro. Las lecturas obligatorias del instituto, tampoco las leyeron. Hicieron trampas, y no fueron los únicos, que son espabilados, pero no creo que tanto. Alguien tuvo que darles la clave, la dirección de internet donde encontrarían el mal resumen o la pésima versión cinematográfica de la novela en cuestión.
¡Y no saben lo que se pierden!
Para no ser solamente crítica, en sentido negativo, voy a decir cuáles son las mejores adaptaciones de algunos de mis libros preferidos a película. De algunos ya os habré hablado en anteriores entradas del blog, pero era inevitable.
La casa de los espíritus.
Que alguien haya conseguido acercarse a la magia de la gran Isabel Allende y no haya salido convertido en murciélago, ya tiene suficientes motivos para contar con mi respeto y admiración.
La casa de los espíritus es una obra magistral. Igual que Cien Años de Soledad. No hay, para mi gusto, muchas historias que puedan hacerles sombra.
En su versión cinematográfica no me sentí decepcionada. Me quedo, sin duda, con la versión en papel. Pero pienso que hubo muchos aciertos en esta película. Por ejemplo:
Si queréis, podéis verla en Movistar + y Filmin. No está disponible ni en Netflix ni en Prime Vídeo.
El diario de Bridget Jones.
Probablemente, esta película sea uno de los pocos casos en los que la versión es casi mejor que el original.
Y que nadie mate al pianista, por favor.
Encuentro magistral el humor del libro, la manera de volcar las penas en un diario reflejan perfectamente la realidad, pero en este caso, la imagen ayuda. Y mucho.
La Bridget original es, quizás, un poco más alcohólica, más gorda, más bruta y menos dulce que la actriz que la encarna en la película.
Sin embargo, escenas como las del primer intento de revolcón entre la protagonista y su jefe, interpretado por Hugh Grant, son incluso mejores con apoyo de imágenes.
Los padres de Bridget, que no son en absoluto protagonistas, están perfectamente reflejados. Unos padres, que en versión algo más actual, me traen viejos recuerdos de aquellos Ropper de los 70.
Cualquiera de las entregas de la genial Bridget Jones supone una buena terapia con la que saldrás cargad@ de buen rollo.
Chocolate
La novela transmite la misma calidez que una taza de chocolate caliente.
La película está teñida de colores cálidos y mucha magia.
La adaptación al cine del libro de Joanne Harris no desmerece en absoluto. Conserva lo esencial, de tal forma que si tras ver la película no te apetece leer, te has llevado la historia completa.
Tal vez falte un poco de profundidad en la sensualidad de la protagonista y la persecución por parte del párroco de todo lo relacionado con ella, pero en líneas generales cumple a la perfección.
No es la mejor novela del mundo, pero sí entretenida. Buena opción para no pensar mucho.
Los puentes de Madison
Como ya os conté en una entrada anterior, el libro en el que se basa esta película es algo diferente, se titula Los puentes de Madison County.
La película es una magnífica adaptación.
Perfecta la selección de los personajes. Aquí sí que no sería capaz de imaginar a ninguna otra protagonista que no fuera la grandísima Meryl Streep. Lo borda. Y, además, suda. Como cualquier mujer de mediana edad en verano.
El antaño Harry el Sucio, nos deja enamoradas hasta los tuétanos. Con su cámara y su ceño fruncido, se convierte en el hombre perfecto por el que suspirar durante los minutos que dura el largometraje.
Como en casi todos los casos, el original supera a la copia, porque el libro expresa muchos más sentimientos de la protagonista que en una película sería difícil incluir sin peligro de convertirla en un pestiño de autor.
Si tienes un nudo en la garganta y has perdido las gafas de cerca, búscala hasta encontrarla y hazte con un par de paquetes de pañuelos de papel.
Recuerda no reutilizarlos. Una sonada de mocos, un kleenex. Normas básicas post coronavirus.
Espero haberte ayudado en tu próxima elección de película adaptada de una novela. Aunque siempre te recomendaré el original, la lectura, el olor de las páginas.
Si tú tienes una película que pienses que está muy bien adaptada, cuéntame. Sabes que me encanta leerte.