La generación Z lleva la última letra del abecedario porque va a ser la última que veamos.
Sí, no me he confundido en la famosa frase que precede a una ruptura en el celuloide. Vengo a reclamar mi lugar en mi vida, mi autoestima, mandar a la mierda los convencionalismos sociales y la falsa modestia.
He tolerado durante días los maravillosos anuncios de madres felices gracias al amor de sus hijos. Y hoy, día de la madre, estoy tocada y hundida.
Si volviera a nacer quisiera hacerlo de nuevo en el cuerpo de una mujer, pero que me quiten las taras, por favor.
¿Te has preguntado alguna vez cuánto dura el amor? Yo sí, pero aún no he encontrado la respuesta.